viernes, 12 de enero de 2007

Potencial social de las mujeres microempresarias

POTENCIAL SOCIAL DE LAS MUJERES MICROEMPRESARIAS”


RESUMEN :

EL TRABAJO DE LA MUJER EN EL SECTOR INFORMAL URBANO.

1. Participación femenina en el sector informal

Los cambios estructurales asociados al masivo movimiento migratorio
La acelerada urbanización
La ampliación de los servicios del Estado
Y la crisis económica de la década de los 70 en América Latina

Todo esto implico una severa restricción para absorber la mano de obra, generando unos altos índices de desempleo y subempleo.

El autoempleo, estrategia ideada por los sectores populares para sobrevivir, se relaciona con las actividades informales, realizadas preferentemente en el sector terciario y caracterizado por ser de baja productividad y escasos recursos.

Chávez y Gómez asocian la incorporación de las mujeres de sectores populares a la informalidad con:

a) Caída de los salarios reales: su amplia participación en la informalidad se respondió esencialmente a la necesidad de supervivencia del grupo familiar. Muchas veces han constituido el soporte más estable de los ingresos de las familias pobres.
b) La expansión de programas de empleo 86-88 como es el caso del Programa de Apoyo al Ingreso Temporal (PAIT): parte de estas mujeres eran jefas de hogar que no contaban con ingresos adicionales para atender las necesidades de su grupo familiar.
c) La desigualdad en los niveles de calificación formal y no formal femenina y las menores oportunidades que el mercado les ofrece para incorporarse como trabajadores asalariadas frente a los varones: la falta de educación las impide competir en igualdad de oportunidades de vinculación y tengan o no calificación contribuyen al sustento del hogar.
d) La multiplicación de estrategias comunales de supervivencia: constituyen un instrumento de cambio de actitudes frente al papel tradicional de ser amas de casa.

1.1 Características de las informales.

1. La tasa de actividad laboral femenina ha crecido del 21% en 1961 al 45% en 199, es decir cerca del 50% de la PEA estaría conformado por mujeres.
2. El numero de hogares jefaturados por mujeres también esta aumentando, de cada 10 hombres 7 mujeres trabajan.
3. El sector de las trabajadoras independientes creció del 17% al 42,3%, pero, en su mayoría como trabajadoras informales en el comercio minorista.
4. Su participación como trabajadoras familiares no remuneradas se incremento del 12,3% al 25,5% y se concentran en el grupo de 25 a 44 años (46%) siendo el 29,6% mujeres trabajadoras jóvenes.
5. Los niveles educativos son secundaria (49%) y primaria (34%) presentando menor educativo que los varones.
6. Las unidades económicas que integran están dedicadas mayormente al sector servicios, trabajando preferentemente como comerciantes al por menor (25%), ambulantes (21,5%) y optan por jornadas menores a 8 horas diarias por sus responsabilidades familiares y trabajo domestico.

1.2 Enfoques sobre la informalidad.

La génesis de la informalidad ha sido analizada desde diversos enfoques.

El Instituto Libertad y Democracia: perspectiva neoliberal, ubicando su origen en la vigencia de un sistema legal que privilegia a un pequeño sector de la economía nacional limitando y minimizando el desarrollo del denominado “sector excluido”.

Solución: creación de una ley que rompa con la tradición redistributiva, liberalice los espacios económicos y desencadene el potencial desarrollo del sector informal.
Se han hecho objeciones a las ideas de Soto, sobredimensiona el aspecto legal, su análisis de la realidad es pobre y no contempla las relaciones socioeconómicas asociada a la pobreza urbana y no reconoce las relaciones culturales de trabajo alternativo solidario existente en estas unidades productivas ya que constituyen en la primera etapa de formación de la micro-empresa, el emigrante consigue información sobre el capital, el mercado, ahorro de costes y uso racional de recursos.

El programa regional de empleo para América latina y el caribe (PRE-ALC-OIT) interpreta la informalidad como excedente estructural de la fuerza de trabajo. Este sector esta integrado por unidades económicas de sobre vivencia de escaso nivel de capitalización y de menor productividad, que usan tecnologías simples, tienen menor costo en la generación de puestos de trabajo.

Su variable fundamental es la relación capital- trabajo, el cual sobreexplota su propia fuerza de trabajo a fin de producir bienes y servicios a precios competitivos con el sector formal, también contemplan la capacitación para mejorar su productividad.

Se interpreta que la informalidad como economía solidaria porque estas unidades productivas se orientan a satisfacer las necesidades básicas y lograr la sobrevivencia familiar. Las relaciones entre sus miembros rara vez son salariales y la división del trabajo se basa en relaciones primarias (parentesco, amistad, vecindad, comunidad).

En ellas el aprendizaje, calificación y socialización económica se dan en la práctica misma.

Adams y Valdivia afirman que los valores de reciprocidad comunal familiar de modifican de acuerdo de acuerdo a las condiciones de funcionamiento del mercado y desarrollo de la unidad económica.

1.3. Reflexiones sobre la pequeña y mediana empresa (PYME)

Las PYME son unidades productivas que logran subsistir gracias a la audacia, empeño en ingenio de los empresarios quienes optan por el auto explotación para sobrevivir y mantenerla.

Tienen un carácter familiar y las relaciones de intercambio abarcan también relaciones extraeconómicas de amistad, solidaridad, compadrazgo, paisanaje, etc.
La PYME genera el 27% de empleos. El sector informal y la PYME alcanzan el 83% de la PEA ocupada, de ellos 3,500 tienen estudios superiores y reciben un promedio de $200 mensuales.

El empleo destaca por el bajo nivel de productividad y calidad de unidades, debido al limitado nivel tecnológico de los equipos, baja calificación de recursos humanos, escasa calidad de materiales, poca especialización, el desconocimiento de métodos de producción y gestión. Sólo el 30 y 40% de estas unidades son viables, pueden crecer, estabilizarse, crear empleo y desarrollar su entorno.

1.4 El triple rol y las condiciones en las que se desenvuelven el trabajo de las mujeres.

El 60% del tiempo activo, las mujeres lo emplean en ser amas de casa, de hacer las actividades domésticas, donde Moser se refiere como trabajo de la mujer a: trabajo reproductivo, manteniendo la unidad familia; el trabajo productivo, generando ingresos y el trabajo de gestión.

Triple rol que produce limitaciones para equilibrar de manera responsable el desempeño de los distintos papeles. Culturalmente, los papeles de reproducción y de gestión son valorados como naturales y no son reconocidos como trabajo, implicando un menor reconocimiento social y político, y añadiendo mayores dificultades para incluir a las mujeres en actividades económicas.

Las tareas domésticas no cambian cuando se incluye una actividad económica en la vida de la mujer, los roles familiares nos son modificados sustancialmente.

La triple carga hace que se genera tensión en la distribución del tiempo: temor a descuidar a los hijos, presión de la pareja y necesidad de generar ingresos.

Además, las mujeres PYMES necesitan actualizar permanentemente sus conocimientos.

Pareja en la empresa:

Las empresas basadas en vínculos familiares, permiten estabilidad, ayuda inicial, apoyo moral... sus miembros cooperan estrechamente destacando el apoyo brindado por las esposas. Existe un segundo grupo de referencia ligados a las comunidades.

En las PYMES, los varones, en general, se ocupan de las tareas que se realizan fuera del hogar y las mujeres de las que ocurren dentro, realizando un aporte importante que no es valorado por los miembros de familia ni por ellas mismas. La ética femenina se vincula a las relaciones y la masculina a las normas e ideas.

Otro de los mecanismos de poder masculinos es el control del tiempo de la mujer en espacios públicos. Tanto el trato con los clientes como la capacitación son actitudes vistas con desagrado y que devienen en violencia y agresión. Detrás de ello está el tema de poder y los estereotipo de género.

Bogan identifica 4 reacciones y sentimientos distintos de los varones frente a sus parejas:
- sentimiento de pérdida de control de la mujer
- el temor al empoderamiento de la mujer
- sentimiento de pérdida de poder por no ser el único y principal proveedor familiar.
- Sensación de igualdad.

Es cierto, que cuando la mujer capacita, gestiona el crédito y anhela tener un papel más destacado en el mejoramiento de la empresa, empieza a valorarse su aporte.

2. Potencial social de las mujeres empresarias.

2.1 El valor del trabajo y la solidaridad.

Al estudiar el historial ocupacional de las mujeres, se encuentra que las experiencias acumuladas tanto en el mundo urbano como rural, les permiten desarrollar habilidades para su desempeño en una diversidad de oficios. Sus capacidades son valoradas por su potencial como una reserva familiar para hacer frente a situaciones económicas adversas.

Trabajo es altamente valorado constituyéndose en fuente de reconocimiento social e identidad. La experiencia laboral les permite aprender a valorar otras áreas del mundo cotidiano, así como develar necesidades y demandas sentidas.

La capacidad de las mujeres micro y pequeña empresarias.

En 1999, La asociación Mujer y sociedad y Manuela Ramos desarrollaron conjuntamente un taller con 32 mujeres que lideraban emprendimientos económicos exitosos en el que lograron identificar las siguientes fortalezas:

En lo personal:

EL autoempleo: el liderar una empresa generar ingresos las había permitido sentirse mejor, ser más autónomas y empoderarse. Las mujeres jefas del hogar son más propensas a la revaporización personal y ser gestoras de su propio desarrollo.
Liderar una empresa les permite también llegar a diferentes esferas, civil, económica, publica.

Reconocen un esfuerzo en su deseo de trabajar, una gran voluntad y el empeño para que sus productos fueran mejores.

Sin embargo se produce tensión generada por el desempeño de roles productivos, reproductivos y de gestión comunal, ya que no se les permite tiempo para dedicarse a ellas mismas.

En lo familiar:

Se genera una estabilidad económica logrando solventar los gastos familiares.

Aumenta la autoestima femenina al participar en los ingresos familiares.

Les permite aprender a compartir con su pareja responsabilidades empresariales e incorporar gradualmente a sus hijos.

Traer ingresos les hace sentirse mas respetadas y participar en la toma de decisiones.

Trabajar fuera del hogar les permite entrar en otras esferas sociales que toman importancia para ellas, aunque sigue siendo el hogar su centro de interés prioritario.
Identifican como trabas que inciden en el éxito: el alto costo de los servicios públicos, la falta de mercado para colocar productos o servicios, y también el requerimiento de mayores niveles de capacitación para ampliar el mercado.

En cuanto a conocimiento:

El trabajar les ha permitido adquirir nuevos saberse, y desarrollar nuevos conceptos sobre el significado del dinero, la inflación, el mercado, los costos.

Participación en organizaciones sociales de base.

Chávez y Vidoso afirman que un cambio significativo en las microempresarias es su gran capacidad de gestión empresarial. Las mujeres evidencian una mayor disposición al trabajo en equipo, para escuchar a otros y crear dinámicas de poder compartir cualidades valoradas como parte del perfil del líder del futuro. Las microempresarias tienen talentos de gestión ejecutiva: capacidad de escuchar, ser buenas psicólogas, preocupadas por los procesos de comunicación etc.

Un importante potencial de las mujeres que integran empresas familiares se relaciona con su habilidad gerencial para solucionar conflictos y aliviar tensiones.

En conclusión, la participación de las mujeres en las Pymes les ha permitido ganar en visibilidad, registrándose cambios importantes en sus actitudes. Aun no esta suficientemente reconocido el papel tan importante que ellas asumen en procesos de desarrollo social.

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