viernes, 12 de enero de 2007

Ponencia mujer y urbanismo

Hola a tod@s,

En septiembre escribí una serie de notas para una ponencia sobre transporte. Os lo dejo aquí para vuestra consulta. Saludos!

Mesa redonda sobre Transporte
Intervención Carolina López. Coordinación de campañas de JV España.

***Movilidad y género***

Desde que las ciudades han sido planificadas, esta planificación, como tantas otras cosas, se ha llevado a cabo únicamente por hombres. Esta forma de actuar ha obviado no solamente a la mitad de la sociedad, las mujeres, sino que ha obviado también la mirada de niños y ancianos. De esta forma, la planificación urbana ha sido llevada a cabo fundamentalmente por hombres de una determinada posición social y de una franja de edad bastante delimitada.

Desde la segunda guerra mundial a nuestros días, el protagonismo del coche ha sido la clave de las políticas urbanísticas y de transporte en las ciudades europeas. Dichas políticas han estado centradas en facilitar el tráfico y eliminar las congestiones. Como ha sido ampliamente comprobado en toda Europa, facilitar el tráfico de vehículos particulares incentiva la compra de vehículos particulares, creando al final más tráfico, más embotellamientos y más contaminación. "Quien siembra carreteras recoge tráfico".

Paralelamente, la paulatina incorporación de la mujer al mercado de trabajo, ha obligado a las mujeres a adoptar el patrón masculino de movilidad. Al estar la ciudad planificada para moverse en coche, la mujer que se incorpora al trabajo no ha tenido más remedio que adaptarse, y comprarse un coche. Sin embargo, no todo está tan claro, pues aunque las mujeres hayan adaptado mal que bien su movilidad, sus patrones siguen siendo totalmente diferentes a los masculinos.

Las diferencias fundamentales entre hombres y mujeres cuando se mueven en la ciudad, residen en las respuestas a cómo y porqué se mueven. En general, diversos estudios demuestran que los hombres realizan trayectos de propósito único, y las mujeres realizan trayectos multi-propósito. Es decir, un hombre va al trabajo y vuelve. Una mujer va al trabajo, por el camino deja a los niños en la escuela, del trabajo va al supermercado, del supermercado recoge a los niños de la escuela, los deja en casa/los lleva karate/baile/inglés/natación... al llegar a casa recoge a la abuela la lleva al médico y de vuelta pasa por la farmacia.

La otra diferencia fundamental es el medio de transporte. Las estadísticas del INE demuestran que en los últimos diez años los porcentajes del total de conductores se han mantenido invariables entre un 61-67% de las licencias de conducir masculinas y el 33%-39% de licencias femeninas. Esto implica que un mayor número de mujeres utilizan otros medios de transporte para desplazarse por la ciudad, lo que incluye desplazarse tanto a pie como en transporte público.

Sin embargo, las políticas de transporte público rara vez consultan a sus usuarios directos: los colectivos de mujeres, jubilados, niños y estudiantes. Y la planificación urbana está destinada a solventar los problemas causados por los turismos, de forma que el transporte público, que normalmente utiliza las vías principales colapsadas, rara vez puede aliviar los problemas de congestión en la ciudad.

Necesitamos dispositivos de comunicación DIRECTA y PERMANENTE, entre los legisladores, urbanistas, la Administración, por una parte, y por la otra TODOS LOS USUARIOS del transporte, público o privado, para conseguir mejoras. No podemos limitarnos a contar con el sector de la población que tiene acceso a un coche. Tampoco podemos limitarnos a hacer consultas públicas u organizar ocasionales mesas para la movilidad. Los mecanismos de consulta entre la Administración y los ciudadanos tienen que disponer de fondos permanentes. Los planificadores de la ciudad y los habitantes de la misma deben tener formas eficaces de comunicación continuada.

La consulta directa, incentivando la participación de todos los grupos sociales, darán como resultado una disposición DEMOCRÁTICA del espacio PÚBLICO. La consulta a las mujeres y las teorías del género en el urbanismo no son una discriminación positiva, al contrario. Darles la posibilidad a las mujeres de decidir cómo quieren moverse dentro de la ciudad mejorará la calidad de vida de los niños, los ancianos y los discapacitados de ambos géneros.

Una ciudad decidida por vía democrática entre todos los actores resultará en la eliminación de las barreras, tanto arquitectónicas como sociales.

Hay que potenciar barrios heterogéneos, estructurados en torno a islas de servicios, de forma que no haya que desplazarse al centro para acudir al médico o a la escuela, pero tampoco para realizar trámites administrativos tan corrientes como renovación del DNI o empadronarse. Hay que potenciar la DESCENTRALIZACIÓN de los servicios públicos, incentivando que los funcionarios públicos trabajen en sus barrios para que puedan realizar trayectos más cortos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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